MITOLOGÍA

MITOS Y LEYENDAS

TVE-2 ha emitido una serie de vídeos sobre mitología clásica.  Podéis acceder a ellos a través del siguiente enlace:  MITOS Y LEYENDAS.

"Mitos y leyendas" es una adaptación libre de los mitos clásicos que pretende introducir al gran público en el fascinante mundo de la mitología. Consta de 13 capítulos que recrearán mitos y que incluirá reflexiones de la mano de expertos como el filólogo Carlos García Guall o el filósofo Ignacio Gómez de Liaño y actores como Emilio Gutiérrez Caba y Rafael Álvarez 'El Brujo'.

Los títulos son los siguientes: Dioses y héroes en la mitología: Aquiles y la guerra de Troya, Ulises, Electra, El triunfo de Hércules, Dédalo, Medea, Orfeo, Perseo, Eneas, Prometeo y Edipo.

LA DIOS AFRODITA

Afrodita,  para los romanos Venus, era la diosa del amor y de la belleza femenina.  Sus atributos eran la concha, la paloma, la rosa, el cisne, la manzana, el mirto y el delfín.  Afrodita destaca por su nacimiento, su matrimonio con Hefesto - Vulcano y sus relaciones amorosas.

Nacimiento de Afrodita

Acerca del nacimiento de Afrodita hay dos versiones:  según Hesíodo nació de la espuma producida al entrar en contacto el semen de Urano con el agua del mar;  según Homero es hija de Zeus y Dione.
El Museo del Prado nos ofrece dos obras pictóricas relacionadas con el nacimiento de Afrodita.
Nacimiento de Venus de Cornelis de Vos.  Museo del Prado

[…] En cuanto a los genitales, desde el preciso instante en que los cercenó con el acero y los arrojó lejos del continente en el tempestuoso ponto, fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo.  A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella.
Primero navegó hacia la divina Citera y desde allí se dirigió después a Chipre rodeada de corrientes.  Salió del mar la augusta y bella diosa, y bajo sus delicados pies crecía la hierba en torno.  Afrodita[1] la llaman los dioses y los hombres, porque nació en medio de la espuma, y también Citerea, porque se dirigió a Citera.  Ciprogénea, porque nació en Chipre de muchas olas, y Filomédea[2], porque surgió de los genitales.
Hesíodo,  Teogonía,  186 - 200.
Afrodita, de casta de Zeus, cayó entre las rodillas de Dione, su madre; y ésta cogió en su regazo a su hija, la asió con la mano y la llamó con todos sus nombres.
Homero, Ilíada, V, 370-373.


[1]   del griego  a)fro/j  espuma”.
[2]   del griego  fi/loj  hijos  y  mh/dea  genitales”.


Afrodita, diosa del amor y de la belleza

Alfonso I D'Este, duque de Ferrara, gran mecenas del Renacimiento, encargó a Tiziano esta obra y le envió un texto del poeta griego Filóstrato el Viejo, para que adaptase el cuadro al relato.

Ofrenda a Venus de Tiziano.  Museo del Prado

Reproducimos un fragmento del mencionado texto.

Mira unos Erotes que recogen manzanas.  Y no te sorprenda su número.  Son hijos de las Ninfas y gobiernan a todos los mortales, y son muchos porque son muchas las cosas que aman los hombres [...].
Hay aquí unas hileras de árboles, con espacio suficiente para pasear entre ellos, y blando césped bordea los senderos, dispuestos como un lecho para quien quiera costarse encima.  En los extremos de las ramas, manzanas doradas, rojas y amarillas invitan al enjambre entero de Erotes a recolectarlas [...].
Filóstrato el Viejo, Imagines, I, 6.

Afrodita es una diosa ancestral, presente en otras culturas del Mediterráneo y de Oriente Próximo, como la fenicia Astarté o la Istar babilónica:  una fuerza viva de la naturaleza que incita a la generación de la vida.

Afrodita es la madre de Eros - Cupido, dios del amor.  Se le represente con arco, flechas y los ojos vendados.  Seguramente este Eros no tiene que ver con el Amor primordial que aparece en los primeros tiempos del mundo.  Madre e hijo son protagonistas de diversos mitos y aparecen juntos en numerosas esculturas y pinturas.  Eros y las tres Gracias formaban el corte de Afrodita.

Afrodita y sus relaciones amorosas

Los dioses, maravillados ante la belleza de Afrodita, la pretendieron como esposa.  Según la versión más difundida, Zeus concedió su mano al dios Hefesto - Vulcano para evitar las disputas y enfrentamientos entre los otros dioses.  Pero Afrodita, diosa desconsiderada y frívola, enojada en extremo de tener por amrido al más feo de los dioses, un herrero cojo, sucio y rudo, se mostraba complacida ante los halagos de otros.  Afrodita y Hefesto no tuvieron descendencia.
Afrodita tuvo numerosas relaciones amorosas fuera del matrimonio con dioses y mortales con los que tuvo descendencia.

Afrodita y Ares

Destaca el adulterio con Ares - Marte, dios de la guerra, lo que provocó uno de los mayores escándalos del Olimpo.  Fruto de esta relación nacieron Fobos (el Miedo), Deimo (el Terror), Anteros (el Amor correspondido) y, según algunas tradiciones también Eros, dios del amor, y la ninfa Harmonía, esposa de Cadmo.  En uno de los encuentros, los amantes se quedaron dormidos y fueron sorprendidos por Helio, el Sol (después identificado con Apolo).  El dios comunicó a Hefesto la infidelidad de su esposa y éste tejió una finísima red metálica, prácticamente invisible, con la que los atrapó y los expuso públicamente.
La fragua de Vulcano de Velázquez.  Museo del Prado
Hasta de aquel que todo lo regula con su luz celestial, del Sol, se adueñó el amor;  voy a contar los amores del Sol.  Se tiene a este dios por el primero que vio el adulterio de Venus con Marte;  es el dios que todo lo ve primero.  Se escandalizó de la fechoría, y reveló al marido, hijo de Juno, el secreto ultraje a su lecho y el lugar del ultraje.  A éste entonces se le escaparon a la vez el dominio de sí y el trabajo que estaba realizando su mano de artífice;  en el acato elabora con la lima unas tenues cadenas, unas redes y unos lazos queuedan pasar inadvertidos a la mirada [...].
Ovidio, Metamorfosis, IV, 169-177.


Afrodita y Anquises

Fruto de la relación entre Afrodita y Anquises nació el mortal Eneas, al que, prófugo de Troya, se le encargó la misión de encontrar una nueva tierra para los troyanos huidos y fundar una ciudad heredera de Troya, que llegaría a gobernar gran parte del mundo conocido.  Finalmente, Eneas llegó a las costas del Lacio, donde encontró la tierra donde fundaría su famosa estirpe y que daría lugar a la fundación mítica de Roma.

Zeus, a su vez, inspiró en el corazón de Afrodita un dulce deseo de acoplarse con varón mortal [...].  Inspírole, pues, en el corazón, un dulce deseo de Anquises, que se hallaba apacentando vacas en las alturas del Ida, abundante en manantiales, y por su cuerpo parecía un inmortal.  Así que le vio Afrodita, amante de la risa, se enamoró de él, sintiendo que un vehemente deseo se adueñaba de su albedrío [...].  Oh Anquises, el más glorioso de los hombres mortales [...].  Tendrás un hijo que reinará sobre los troyanos, y otros hijos nacerán de este hijo, y así sucesivamente para toda la eternidad.  Su nombre será Eneas [...].
                                                                                                                        Himnos homéricos, V.

Afrodita y Adonis

Cuenta la leyenda que el verdadero amor de Afrodita fue el bello Adonis, y que ésta sufrió mucho cuando, bien por celos de Ares, que se transformó en mortífero jabalí, o bien por envidia de Ártemis, el jovencito fue muerto por una bestia en los bosques del Líbano.  En el Museo del Prado contamos con cuatro obras pictóricas.  Cada una refleja un momento determinado de la historia de Venus y Adonis. La secuencia narrativa es la siguiente:

Venus, Adonis y Cupido de Annibale Carraci.
Pues estaba el niño de la aljaba dando  besos a su madre cuando sin advertirlo le rozó el pecho con una saeta que sobresalía;  la diosa herida rechazó con la mano a su hijo.  La herida había penetrado más hondo de lo que parecía, y al principio ella no se había dado cuenta. Cautivada por la hermosura de aquel hombre [...].
Ovidio, Metamorfosis, X, 522 y ss.



Venus y Adonis de Veronés.
Cautivada por la hermosura de aquel hombre, no se interesa ya por las playas de Citera, no frecuenta Pafos [...], ni Cnido, ni Amatunte [...];  al cielo es preferido Adonis [...].
"[...] el trabajo al que no estoy acostumbrada ya me ha rendido, y he aquí que este álamo felizmente nos  seduce con su sombra,  el césped nos proporciona un lecho:  me apetece descansar contigo en este suelo", y se tendió y descansó sobre la hierba y sobre él, y reclinada, con la cerviz apoyada en el regazo del joven, habla así, intercalando besos en medio de  sus frases [...]. 
Ovidio, Metamorfosis, X, 522-554 y ss.


Venus y Adonis de Tiziano
[Venus]  se mantiene alejada de los fuertes jabalíes y evita a los lobos predadores y los osos armados de garras y los leones saciados de la carnicería de las reses bovinas.  También a ti, Adonias, te aconseja que temas a éstos, si de algo pudiern servir los consejos,  dice:  "Sé valiente ocn los animales que huyen [...].  Abstente, joven de ser temerario a costa mía,  no provoques a las fieras a las que la naturaleza ha dado armas, no sea que tu gloriame vaya a costar cara [...].
Ovidio, Metamorfosis, X, 539 y ss.




 
La muerte de Adonis de Juan Bautista Martínez del Mazo.
Tales fueron las advertencias de Venus y emprende viaje por el aire conducida por un tronco de cisnes, pero el valor de Adonis se alza en contra de los consejos.  Sucedió que los perros, siguiendo un seguro rastro, hicieron salir de su escondite a un jabalí, que cuando se disponía a abandonar la espesura fue alcanzado por el joven hijo de Cíniras en disparo sesgado:  en el acto se sacudió el feroz súido con su curvo hocico el venablo empapado en su sangre, y persigue a Adonis, que está aturdido y trata de buscar refugio, y le hunde enteramante los colmillos en la ingle y lo derriba moribundo en la azafranada arena.  Conducida Cíterea en su ligero carro a través de los vientos, todavía no había llegado a Chipre, sostenida por las alas de sus cisnes:  desde lejos reconoció el gemido del moribundo e hizo virar a las blancas aves en aquella dirección, y cuando desde el alto cielo vio el cuerpo sin vida y revolcado en su propia sangre, saltó a tierra [...] y quejándose al destino dijo:  "Pero aun así no todo va a ser de tu propiedad.  Por siempre subsistirá el recuerdo de mi dolor, Adonis, y la representación reiterada de tu muerte realizará una imitación anual de mi pesar;  en cuanto a tu sangre, se transformará en una flor".
Ovidio, Metamorfosis, X, 707 y ss. 


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